La Liberación

 


 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:32

Ante todo es preciso señalar la importancia que la tradición vedántica otorga a la existencia –al menos en cierta medida inicialmente– de cuatro prerrequisitos (sadhana chatustaya) esenciales en el aspirante. Estos prerrequisitos se consideran “medios” que conducen a la Realización, y es por ello por lo que el aspirante ha de poseerlos ya en alguna medida antes de iniciar el Camino.

Son los siguientes: 

1. Viveka, o Discriminación. Consiste en la habilidad para discriminar entre lo eterno (Brahman) y lo que no es eterno (el mundo, las envolturas de Atman); entre lo Real y lo no-Real; entre lo que es el Sí Mismo y lo que no lo es. Es tomar consciencia de la ignorancia (Avidya) en la que estamos inmersos. Esta discriminación o Viveka es el punto de partida o cualificación esencial que conlleva las demás. Sin ella el aspirante será incapaz de comprender adecuadamente las enseñanzas. 

2. Vairagya, o No-apego. Consiste en la existencia de un desinterés por los objetos del mundo, lo cual acompaña de manera natural a la progresiva discriminación (Viveka). Este desinterés o desapego debe ser “fuerte” –se dice– y permanente, no algo pasajero producto de las circunstancias. Ello no implica necesariamente el apartamiento físico del mundo ilusorio en el que cada cual está inmerso desde el nacimiento, sino que lo más importante es el desapego interior. 

3. Sampatti, o las Seis Virtudes que se deben cultivar a fin de estabilizar la mente. Estas virtudes son el resultado progresivo de la discriminación o Viveka, y son las siguientes: (i) Sama, o actitud de tranquilidad, satisfacción, y paz mental. (ii) Dama, o
capacidad de no dejarse dominar por la actividad de los órganos sensoriales (Indriyas) que continuamente arrastran la mente hacia los objetos exteriores. El control de los Indriyas puede
obtenerse de distintas formas: por la propia discriminación o Viveka, por la fuerza de la voluntad, por la práctica de la retención de la respiración (kumbhaka) en el Pranayama, etc.; pero el control perfecto solo puede obtenerse por medio de la Discriminación ya que ésta conlleva un distanciamiento interior progresivo del mundo ilusorio y la consecuente identificación con lo Único Real: Brahman. (iii) Uparati; es la tranquilidad y sensación de plenitud que comporta la Discriminación. La progresiva difuminación del sentimiento del ego hace que la ignorancia (Avidya) natural desaparezca, y con ella la persecución del mundo (Jagat) irreal. (iv) Titiksha, o la aceptación, tolerancia y paciencia ante los acontecimientos externos que nuestro propio karma o fatum nos trae. (v) Shrada, fe en el gurú, o la certeza de que el camino que seguimos y las enseñanzas recibidas nos llevan por el camino correcto y nos conducirán a la meta final de la Liberación. (vi) Samadhana, o concentración de la mente en Brahman y en el gurú. 

4. Mumukshutva, o nostalgia y deseos de Liberación (Moksha). Se trata de una intensa añoranza o deseo por obtener la Liberación partiendo de una firme convicción de que el apego al mundo ilusorio solo conduce al sufrimiento. 

Hay que subrayar la importancia que tiene este “desapego” (Vairagya) en el camino vedántico, sin el cual la sola “sed de Conocimiento” resulta infructuosa. Por lo demás, el “desapego” respecto al mundo –resulta incluso obvio decirlo– es esencial de cara a que el individuo esté predispuesto a ser un “renunciante” del tipo o grado que sea. Pero no cualquier desapego... Se distinguen tres grados de desapego: “débil”, “fuerte” y “muy fuerte”, y se afirma que el grado que debe poseer el renunciante ha de ser al menos “fuerte”.